IKEBANA
El
ikebana
es el arreglo floral japonés cuya traducción sería “dar vida a
las flores”. Esto no quiere decir que “ayudemos” a las flores a
mostrar todo su esplendor, si no que las ayudamos a que se muestren
de una forma distinta a la que tienen en la naturaleza. También
influye el estilo que elijamos y nuestra propia inspiración. Hay
varias escuelas de ikebana pero todas nacen con la idea de honrar a
las flores y a las deidades búdicas. En la escuela ikenobo
los elementos básicos del ikebana son el centro (rectangular,
cuadrado, jarrón, siempre de cerámica) que pueden ser blancos o de
color (hay que tener esto en cuenta a la hora de elegir las flores),
el soporte o kenzan
(un fijador de pinchos de metal, cuadrado, redondo, de media luna…)
y por supuesto, las flores y las ramas. La estructura del ikebana
es sencilla: una rama de una altura y media del diámetro del
recipiente, una más baja (3/4) y las flores (1/2 altura). La
longitud real del material tiene que estar en armonía con la figura,
el color y el peso del recipiente. La rama más alta, shin,
constituye la línea principal (en otras escuelas se la considera
como “el cielo”); la siguiente, soe,
representaría a los humanos, y tai
(las flores), representa la tierra. Para complementar el arreglo se
usan flores más pequeñas como solidago, paniculata o estatice y se
sitúan en una posición un poco más baja que las flores
principales. A esta parte del arreglo se le llama ashirai.
Con la idea de la estructura más clara, otra parte esencial del
ikebana
es la elección del material. El shin
y
el soe
pueden ser ramas de camelia (que pueden durar meses en agua), tuya,
ruscus, salal…A veces necesitaremos darles más movimiento a las
ramas (más verticales, más curvadas) y ésto se consigue con
tranquilidad, paciencia, las manos mojadas y arqueando las ramas con
los pulgares. Si se eligen camelias para esta parte del ikebana, que
sea sin capullos y con las hojas limpias y lustrosas. Para el tai
valen casi todas las flores: margaritas, crisantemos, liliums,
tulipanes, iris, lisianthum (parecidas a las rosas pero mucho más
delicadas)…Se pueden elegir camelias a punto de abrirse pero nunca
abiertas ya que se considera de mala suerte o mal augurio. Y el
número total de ramas más flores no puede ser 4 porque la
pronunciación de este número y la de la palabra ‘muerte’ es
prácticamente igual…y aunque el ikebana
sea un arreglo efímero, queremos destacar la belleza y la vida de
las flores pero no la idea de la muerte. El ashirai,
como hemos dicho antes, puede ser paniculata, solidago, estatice o
cualquier flor pequeña o ligera. Todos estos componentes se irán
clavando en el kenzan:
primero el shin,
luego el soe,
el tai
y el ashirai.
Para cortar los tallos, se debe hacer dentro del agua ya que así no
se pudren porque no entra el aire (esta técnica también vale para
los arreglos occidentales o cualquier ramo).
Hay
varios estilos de ikebana
pero los más corriente son el moribana,
que se hace en centros normalmente cuadrados o rectangulares (casi
siempre bajos pero a veces hay centros un poco más altos, tipo
jarrón), el nageire
que se realiza en jarrones y donde no se usa el kenzan
sino 2 ramitas en la boca del jarrón en forma de cruz. Es un estilo
un poco más difícil porque hay que cortar bien las ramas para que
se sujeten a las paredes del jarrón. Este estilo se usa más para
poner el arreglo encima de una mesa alta o frente a una columna.
Otro
estilo es el jiyuka
o estilo libre, más occidentalizado y donde se pueden usar otros
materiales. Dentro de estos estilos hay distintos modelos: en cascada
donde el shin
y el soe
se colocan casi de forma horizontal; el suitai
donde el shin
es casi horizontal y el soe
un poco más vertical.
El
ikebana se tiene que hacer directamente en el lugar donde se va a
exponer ya que es muy difícil transportarlo, porque aunque se clavan
bien las ramas, se pueden mover en el transporte. Una vez hecho el
ikebana,
es muy fácil mantenerlo ya que sólo necesitamos comprobar el nivel
del agua: los tallos siempre tienen que estar dentro del agua.
También se puede hacer el ikebana
con esponja de florista pero aquí hay que tener muy claro dónde y
cómo van a ir las flores porque una vez agujereada la esponja, es
más difícil componer el arreglo. Pero nunca se debe hacer con
flores secas o de tela porque iríamos en contra del espíritu
original del ikebana.
Es interesante, pero ¿se pueden usar todo tipo de flores?
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